Cuando hayamos alcanzado
Todos el conocimiento
Y los primeros rayos del sol toquen
el juguete dormido de un niño en el suelo
Y las ropas blancas hablen
Al aire de su quehacer
Sereno.
Y las trompetas proyecten
Sus metálicas fanfarrias
Y resuenen aún los cánticos
En las bóvedas de piedra
Y se abajen (hundan) impasibles
Los cristales levantados
Por la humana vanidad
Cuando ya nosotros, todos
Penetrados por las ondas
De radiofrecuencia oscura
Y las palabras nos hayan
De una vez ayudado.
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