Vienen
de Los jardines de piedra
por entre vías de hierro
oxidado y pulido
desde el ocaso inflamado
entre los huecos del eco.
Atravesando las verjas
de tela de gallinero.
Destrozando soledades
La soledad desde dentro
Vienen los ángeles negros
Azules
El vidrio esmerilado
La piedra ojival florece
fruto de un siglo, de un ciento
atraviesan mis recuerdos
radiografía ambulante
Avanzan siempre en silencio
tronante, impertérrito
Sé que mi alma ha muerto.
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