10 de marzo de 2009

Pensamientos diarios: 389

(389) Mi infancia, como suele ocurrir, se cumplía más o menos feliz hasta que apareció por allí un tal Herodes Antipas. A partir de entonces, me trasladé al Limbo y aquí sigo esperando mis alas definitivas.

Bien es cierto que tampoco ha pasado demasiado tiempo, según me dicen.

Día 4, Marzo 2009

Textos de Juan Álvaro del Sur (mi padre).

No hay comentarios: